lunes, 19 de mayo de 2008

Yagan


Los Yagán habitaron los canales y costas sudoccidentales de Tierra del Fuego, entre la entrada del Canal Beagle por el Norte; hasta Bahía Aguirre por el Este; la península de Brecknock por el Oeste; y hasta el Cabo de Hornos por el sur. Sectores como el canal Murray e islas como Hoste, Navarino, Picton y Wollaston fueron lugares habituales de asentamiento según consta a través de los vestigios de sus campamentos. Formaban bandas que no tenían jefes. Durante el invierno buscaban refugio en las costas donde armaban sus chozas. La base era la familia dirigidos por el padre y con roles asignados a cada integrante. Estos grupos familiares coexistían e interactuaban constituyendo partidas de caza no muy numerosas, facilitándose de esta forma el desplazamiento por los canales y el abastecimiento de alimentos.
La principal arma de caza del pueblo yagan era el arpón, que medía casi tres metros de largo. En el extremo superior se le adosaba una punta de hueso de pescado dentada, por uno o ambos lados. La punta de flecha, inicialmente de piedra, terminó siendo elaborada en vidrio debido a la mayor facilidad para tallarla. El vidrio comenzó a ser usado por los nómades australes, a lo menos, en el siglo XVIII. Su cultura, al igual que la de los kawésqar, era la de los nómades del mar dedicados a la pesca y caza marina.
Sus canoas y vestimentas eran similares a las kawésqar. La canoa, llamada Anán, era construida con tres piezas de cortezas de árbol, al igual que la canoa de los kawésqar. Las mujeres yagan eran eximias fabricantes de cestería, para lo cual usaban juncos que entrelazaban hábilmente. Las mujeres se pintaban el rostro con tres colores: blanco, alrededor de los ojos, y el resto de la cara con líneas horizontales rojas y negras. También se dedicaban a la recolección de moluscos. Además eran las que remaban mientras los hombres se dedicaban a la pesca.
Hombres y mujeres usaban brazaletes hechos con cuentas de huesos de aves y conchas. Mientras los varones lo usaban sólo en los tobillos, ellas lo lucían tanto en las muñecas como en los tobillos. En el mundo cotidiano, los mujeres yagan confeccionaban cestos, bolsas de cuero y vejigas, utilizadas como recipientes, además de lazos hechos de barba de ballena.
Enterraban a sus muertos al interior de cavernas y bosques.
El Yagan o Yamana, la lengua más austral del mundo, fue hablada hasta fines del siglo XIX por un grupo de canoeros nómades extendido a lo largo de los archipiélagos y canales del confín mismo de América, entre la península de Brecknock y el Cabo de Hornos.
Ambos sexos gustaban adornarse con pinturas, collares, muñequeras y tobilleras. Las pinturas podían cubrir el rostro, el cuerpo y a veces también los miembros. Los colores que se usaban eran el rojo, el blanco y el negro, formando diseños simples basados en rayas y puntos pero muy variados. La pintura facial y corporal formaba parte de muchos rituales y normas de cortesía. Además se utilizaba para comunicar estados de ánimo o las circunstancias en las que se hallaba su portador.
La creación de todo lo existente se conocía como Watauiwineiwa. A pesar de no haber coincidencia al respecto, Watauiwineiwa no era adorado, de acuerdo a como tradicionalmente la sociedad dominante ha entendido el teísmo. Ello debido a que esta entidad estaba en todas partes, y se manifestaba en cada cosa, lugar o ser. Entre los yagan existieron, y fueron importantes los curanderos o chamanes. Llamados Yekamush, quienes podían sanar enfermos, curar desequilibrios emocionales, e invocar a los espíritus.
En cuanto al vestuario, consistió en cueros de lobo marino o nutria sobre sus hombros, atados en el cuello y en la cintura, utilizando además, otro cuero que cubría sus genitales. Este taparrabos normalmente tenía forma triangular, siendo atado en la cintura. Complementando su vestuario, las mujeres usaron collares elaborados de huesos de ave, o bien, a partir de caracoles pequeños unidos por tiras de nervios o tendones de ballena, siendo común la utilización de pulseras de cuero en muñecas, brazos y tobillos.
La alimentación de los Yagán consistió principalmente en el consumo de carne del lobo marino, nutria, y la carne de ballena. Además, se incluía normalmente en su dieta una gran variedad de especies marinas, entre las que destacan las cholgas, erizos, y algunos peces. Cuando acampaban, consumían complementariamente carne de guanaco y aves, así como hongos, bayas y huevos.
Actualmente viven alrededor de 70 personas descendientes de esta etnia en Puerto Williams, y en su mayor parte subsisten en condiciones de pobreza. Igualmente, están agrupados en torno a una Comunidad, que canaliza sus demandas e inquietudes.

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